El pasado viernes, 28 de mayo de 2021, la Asociación Histórico Militar Alfonso IX de Badajoz hizo entrega de los nombramientos de socios de honor al escultor Salvador Amaya y a Amanda González.
Este acto había quedado aplazado desde febrero del año anterior, en que se aprobó la decisión de la Asamblea Ordinaria, por la llegada de la pandemia y el consiguiente estado de alarma.
Tras las palabras de bienvenida, el presidente de la AIX, Julián García Blanco, hizo un breve relato de la trayectoria profesional de nuestros invitados y expresó las razones por las que se les concedía esta sencilla distinción.
Posteriormente el Sr. Secretario, D. Carlos de Andrés, procedió a la lectura de las actas de nombramiento, que les fueron entregadas por el presidente, junto con el distintivo de la asociación.
Tanto Salvador como Amanda pronunciaron unas breves palabras de agradecimiento, con las que recordaron a todos los que realizan una labor callada para defender la historia de España y animaban a la AIX a continuar con esta tarea.
Este acto, el primero realizado de forma completamente presencial tras la finalización del estado de alarma, contó con una amplia representación de nuestros miembros, que posaron al finalizar con nuestros amigos, como recuerdo de esta agradable jornada.
Acaba de ver la luz el último número de la prestigiosa Revista de Estudios Extremeños, decana de las publicaciones culturales de nuestra región. El número especial del año 2020, dedicado en exclusiva a las Jornadas de Historia Militar de Extremadura, organizadas por la Asociación Histórico Militar Alfonso IX el pasado mes de noviembre.
Presenta la obra D. Fernando Cortés, director de la revista, que describe el transcurso de la fase presencial de las jornadas en la que los ponentes que optaban a los premios de la convocatoria presentaron sus trabajos en breves intervenciones que pueden visualizarse en la página web de las Jornadas (http://jhmex.es/).
En la introducción, D. Julián García Blanco, presidente de la AIX, expone los objetivos que se marcó la asociación para este proyecto, que se han alcanzado sobradamente a la luz de la elevada calidad de las numerosas ponencias presentadas.
Y a continuación la recopilación de todos estos trabajos, de muy variada temática, entre las que destacan aquellos que fueron premiados por el jurado de las Jornadas.
Puedes descargar este número especial de la Revista de Estudios Extremeños aquí:
Un año más, hoy es 6 de abril. Y de nuevo, desde la Asociación Alfonso IX, hemos querido celebrar, como ya es nuestra tradición, el Día del Recuerdo.
Recuerdo a cuantos dieron sus vidas en la lucha por conquistar o defender Badajoz, en una iniciativa que cumple ya tres años, y que esperamos continúe en el tiempo. Ya sea de forma presencial como el primer año, semipresencial como en esta ocasión con los protocolos de distancia social, o incluso de forma virtual como se celebró el año pasado. Lo importante es no dejar de recordar. Porque una ciudad que no recuerda su historia, su pasado, no puede avanzar.
Desde la Asociación Histórico Militar Alfonso IX nos marcamos como uno de los objetivos principales de nuestra acción investigar, conocer y comprender nuestra común historia militar. Y quisimos desde el primer momento tener una fecha simbólica para recordar a todas aquellas personas que de otra forma el tiempo acabaría sepultando bajo la losa de la desmemoria. La fecha elegida fue el 6 de abril, cuando se conmemora que las tropas británicas lanzaron su definitivo ataque a una ciudad defendida por el ejército napoleónico en 1812. Hoy, 209 años después, nos hemos reunido ante las murallas de Badajoz, en el mismo lugar que centenares de soldados vieron por última vez antes de morir aquella noche. El 6 de abril pelearon por la ciudad dos de los mayores ejércitos del mundo de la época, y aquí dejaron a muchos soldados muertos en ambos bandos.
Desde el principio nos ha parecido que esta efeméride mostraba claramente cómo Badajoz ha sido a lo largo de los siglos un cruce de caminos de numerosos ejércitos, que han tratado de conquistarla o defenderla (a veces incluso ambas cosas), en nombre de las más diversas banderas, ideologías e incluso creencias religiosas.
Pero cualquier otra efeméride hubiera sido igualmente válida para recordar a tantas personas, la mayoría anónimas, que encontraron aquí su final. Desde la toma del reino aftasí de Badajoz por el ejército almorávide en el año 1095, hasta la conquista de la ciudad en agosto de 1936 por las tropas franquistas. En todo ese arco de más de 800 años, esta ciudad y sus sucesivas murallas han visto pasar ejércitos musulmanes y cristianos durante la Edad Media; leoneses, castellanos y portugueses en la Edad Moderna; españoles, portugueses, franceses, británicos, holandeses y alemanes en la Contemporánea… A todos y cada uno de ellos se dirige nuestro recuerdo de hoy, simbolizado en el monolito del Parque de los Sitios, que rinde homenaje a cuatro naciones. Cualquier fecha serviría para el recuerdo de tantas vidas perdidas, y en Badajoz las hay a decenas para elegir.
Pero no queremos recordar para quedarnos anclados, ni para añorar tiempos pasados de grandeza o para lamentarnos por vergonzosas derrotas sufridas, que de todo han visto estas murallas. Desde la Asociación Alfonso IX entendemos que debemos recordar para comprender. Para comprender en el más amplio sentido de la palabra. Para entender por qué las decisiones que marcarían la vida de la ciudad se tomaron en uno u otro sentido, entender por qué una derrota podía servir para que Badajoz avanzase o un triunfo evitaba el progreso de la ciudad durante décadas. Investigar para comprender cómo se ha formado Badajoz a lo largo de los siglos, sin caer en sentimentalismos, pero tampoco en falsos dilemas que se nos tratan de imponer. Sin dejarnos arrastrar por prejuicios de valor ni divisiones artificiales que solo buscan el enfrentamiento, no el conocimiento. Investigar y divulgar para comprender.
Hoy día se ha avanzado mucho en el conocimiento y divulgación de la historia de la ciudad y en la recuperación de personajes que estaban casi olvidados y que resultan de importancia fundamental para la historia de Badajoz. Por eso, solicitamos a toda la sociedad responsabilidad para evitar discusiones interesadas, susceptibles de manipulación para satisfacer aspiraciones políticas. Desde la Asociación Histórico Militar Alfonso IX reclamamos no formar parte de ningún bando, ni encuadrarnos en ningún equipo, sino que buscamos trabajar para un mejor y más profundo conocimiento de nuestra ciudad y su pasado militar.
Desde esta postura creemos que cobra todo el sentido la celebración de un Día del Recuerdo, en el que la memoria nos hace recuperar, siquiera por un momento, las vidas de tantas personas que lucharon por un Badajoz mejor, fueran cuales fueran sus ideales.
Hoy, día 5 de noviembre de 2020, comienzan en Badajoz las Jornadas de Historia Militar de Extremadura, organizadas por nuestra asociación en colaboración con otras entidades de la región.
Ha sido un largo camino, que comenzó hace más de un año, que hubo que interrumpir el pasado mes de marzo, a poco menos de una semana para el comienzo debido a la actual pandemia.
El 15 de octubre el antiguo Palacio de Capitanía de Badajoz volvió a abrir sus puertas tras un largo periodo cerrado al público, pues a los desperfectos de la fachada producidos por los temporales de primavera se sumó la llegada de la pandemia.
Para esta esperada ocasión se ha presentado una exposición temporal sobre la Operación Balmis, con fotografías y materiales utilizados por las unidades de la Brigada Extremadura XI en su lucha contra la pandemia.
Pero también hay novedades en la Exposición Permanente del General Menacho. La Sala 2, dedicada a los sitios de Badajoz, acoge ahora los proyectiles de artillería cedidos por la Jefatura Superior de Policía de Badajoz, conservados en sus instalaciones tras diversas actuaciones del grupo TEDAX en varios edificios del casco antiguo de la ciudad.
La entrega oficial se hizo el año pasado, pero el estado de conservación de los proyectiles, tras más de doscientos años incrustados en suelos y paredes, con la lógica humedad y corrosión, hacía necesario un tratamiento de conservación/restauración, que corrió a cargo de nuestro especialista Juan Altieri. A la eliminación de la capa de suciedad y corrosión formada sobre las superficies le siguió un tratamiento de protección que evitara nuevas oxidaciones, manteniendo el aspecto original de unas piezas de hierro fundido con esa antigüedad.
Debido a lo reducido de los espacios disponibles, se limitaron los fondos expuestos a una muestra lo más amplia y significativa posible de los artefactos lanzados a miles sobre nuestra ciudad durante los cuatro asedios sufridos en poco más de un año, entre febrero de 1811 y abril de 1812.
Se trata de tres balas de cañón de artillería de sitio, de 8, 12 y 24 libras respectivamente, una granada de obús de a 9 y una impresionante bomba de mortero de a 12, de casi 50 kg de peso.
Las balas son bolas macizas de hierro fundido con las que se machacaban insistentemente las murallas para tratar de derribarlas, abriendo así la brecha necesaria para el asalto final, y aquellas cuyos tiros quedaban altos, pasaban por encima de los muros e impactaban en los lugares más inesperados de la ciudad.
La bomba y la granada son bolas huecas, con un grosor de tres a cuatro centímetros de hierro, que en su momento se rellenaban de pólvora y lanzadas con una rudimentaria espoleta de madera explosionaban en el aire lanzando sus tremendos fragmentos sobre los sufridos defensores. También hay en la colección algunos de esos “cascos de metralla” que batían un radio de unos 20 metros alrededor del punto de explosión, destrozando todo lo que encontraban a su paso.
En el Diario de Menacho, algunas de cuyas hojas en facsímil se pueden contemplar en la siguiente sala, recogía día por día el número de balas de cañón, bombas de mortero y granadas de obús que caían sobre la ciudad sitiada, gracias al arriesgadísimo trabajo realizado por los vigías situados en la torre de la Catedral. Caían las granadas, que los obuses no caen, pues son las piezas que las disparan y normalmente quedaban en sus asentamientos. Precisamente un obús corto “de a 5” (unos 115 mm de calibre, de unos 1800 m de alcance máximo) comparte vitrina expositora en la misma sala.
Bien que podrá calcularse por el que sepa que solo en doce horas arrojaron 658 granadas, 730 balas y 152 bombas, que en todo componen 1540 tiros. Sin embargo que por más cuidado que hubiese en la Torre de San Juan, se cree con evidencia fueron muchos más los tiros.[1]
Como vemos, un observador avezado podía distinguir los tiros hasta el punto de llevar el conteo diferenciado de unos y otros. Por el sonido, el tiempo de duración de la trayectoria y la manera de impactar, básicamente…
Trataremos de explicarlo, combinando los proyectiles con las armas que los disparan:
Los cañones disparan en esta época normalmente balas macizas de hierro fundido. Su trayectoria es tensa, lo que los militares llaman “el primer sector”, por lo que necesitan “ver su objetivo”. De ahí todo el trabajo de zapa para ir aproximando los asentamientos de los cañones cada vez más cerca de las murallas, ya que el sistema abaluartado tenía su fuerza precisamente en ocultar sus muros en los fosos, tras los taludes que bordeaban el perímetro del camino cubierto, obligando de esta manera al atacante a aproximar sus cañones casi hasta el borde del foso para poder batir con eficacia el sector de la muralla elegido para abrir brecha.
Los morteros, por el contrario, tiran por “el segundo sector”, con un ángulo grande que les permita pasar por encima de las murallas, de los obstáculos en general, para caer sobre sus enemigos. Y como el disparo les llega desde arriba, el efecto mayor lo provoca disparando proyectiles huecos rellenos de explosivo que estallen en alto lanzando la metralla con fuerza sobre el suelo, y todo lo que haya sobre él.
Esos proyectiles huecos son las bombas, si tienen un calibre grande, entre los 215 y los 325 mm, y las granadas, si su calibre es menor (entre los 105 y 166 mm).
¿Y los obuses? Pues los obuses son unas armas que pueden tirar tanto en tiro tenso (1er sector) como por elevación (2º sector). Son muy versátiles, ya que se pueden utilizar para finalidades distintas, pero en su defecto hay que decir que, en esta época, tenían que ser de pequeño calibre (disparaban por tanto granadas) ya que los afustes no permitían grandes elevaciones en tubos muy largos y pesados como los de los cañones de gran calibre.
Así pues, en la exposición del Palacio de Capitanía, podemos ver ahora balas de cañón, bombas de mortero y granadas de obús, con obús incluido. Una buena ocasión para fijar conocimientos de la forma más gráfica posible…
[1] Del Diario de Menacho, correspondiente al 26 de febrero de 1811.
El pasado mes de marzo tuvimos programada la presentación de las primeras Jornadas de Historia Militar de Extremadura en la Sala de Conferencias de la Real Sociedad Económica Extremeña de Amigos del País, pero hubo que suspenderlas por el establecimiento del estado de alarma, a consecuencia de la pandemia de COVID-19.
Han transcurrido ya unos meses y comprobamos que aún tendrán que pasar bastantes más para que podamos volver a nuestra añorada normalidad, pero la vida sigue y desde el comité organizador pensamos que debemos seguir adelante para difundir los excelentes trabajos de los participantes y que se resuelva el fallo del jurado que permita premiar a los mejores.
Organizadas por la Asociación Histórico-Militar Alfonso IX, con el apoyo de la Brigada Extremadura XI, la Diputación de Badajoz, la Fundación CB y la RSEEAP, estas Jornadas congregan a estudiosos e investigadores para difundir y publicar sus trabajos relacionados con la Historia Militar de Extremadura.
En ellas han tenido cabida, no solo los trabajos específicamente militares, sino todos aquellos que se han presentado relacionados con este ámbito, como pueden ser obras escritas dedicadas a la arquitectura, pintura, o escultura relacionadas con la faceta militar de Extremadura.
Todas las obras remitidas serán publicadas en la Revista de Estudios Extremeños, en un número especial dedicado a las Jornadas, y deberán poder ser presentadas por sus ponentes, bien de forma presencial o mediante videoconferencia, en la Sala de Conferencias de la sede de la Real Sociedad Económica Extremeña de Amigos del País, entre el 5 y el 7 de noviembre de 2020.
De nuevo nos encontramos con un Día del Recuerdo, un 6 de abril. Un año más dedicamos nuestros pensamientos a aquellos que un día, durante la Guerra de la Independencia, dieron lo mejor de sí mismos por su patria. Muchos de ellos, incluso la vida. Es difícil no encontrar un paralelismo con la agotadora situación que vivimos actualmente en este aniversario tan atípico. Soldados (pero también personal sanitario, de limpieza o de otros muchos campos) que frente a un enemigo cruel cumplen con su responsabilidad más allá del deber, tal y como hicieron, hace ya 208 años, miles de soldados de numerosas naciones del mundo a los pies de las murallas de Badajoz.
Nuestros corazones están encogidos estos días por la magnitud de la tragedia que silenciosamente ha aparecido en nuestras vidas. Echar la vista atrás puede parecer un ejercicio inútil ante la enormidad de la tarea que se nos avecina para reconstruir nuestra sociedad. Y sin embargo, incluso en estos agónicos momentos, es posible hallar inspiración en muchas de aquellas personas que perdieron la vida en esta ciudad hace más de 200 años. La figura del héroe que es consciente de su probable destino fatal, pero que lo encara con total determinación, defendiendo la ciudad que le encargaron proteger hasta la muerte, sin importar el triste desenlace que le espera tras las balas de un enemigo, este sí, de carne y hueso.
Pero también es posible inspirarse en todos aquellos soldados que, en el otro lado, ante la muerte más que segura que les aguardaba en lo alto de las murallas, apretaron los dientes, tuvieron un recuerdo fugaz para sus seres queridos, respiraron hondo y comenzaron a andar hacia el enemigo para entablar una lucha incansable sin caer en la desesperación. Su razón era el deber, la responsabilidad, el honor, la patria, como queramos llamarlo. Pero todos ellos cumplieron con creces su obligación.
En estos días tan convulsos estamos viendo cómo nuevos “soldados”, todos los días, repiten casi el mismo ritual que aquellos añejos soldados de tantas naciones en nuestra ciudad. Pero en este caso, el enemigo es mucho más difuso, más mortífero incluso y, desde luego, más cruel. Este es el sentido que desde la Asociación Alfonso IX queremos dar a este Día del Recuerdo, en este año 2020 tan extraño que nos ha tocado vivir. Y, por tanto, nuestro recuerdo este año va para todos aquellos soldados que perdieron su vida en nuestra ciudad hace 208 años, y para todos aquellos otros que, este año, están dedicando sus esfuerzos a luchar por nuestra salud y nuestro bienestar frente al enemigo invisible que nos acecha.
Este año no podemos llevar físicamente flores al monolito dedicado a los Sitios de Badajoz, pero desde la Asociación Alfonso IX os pedimos que cada uno suba de forma virtual a sus redes una flor durante el día 6 de abril. En recuerdo tanto de aquellos soldados que murieron en Badajoz, como por los caídos en las últimas semanas. Y por supuesto, cómo no, en homenaje a nuestros nuevos héroes, aquellos a quienes aplaudimos todos los días a las ocho de la tarde.
Hace un año que el denostado Imaz se cansó de comportarse como un hombre y entregó la ciudad a los franceses, que nuestros heroicos soldados salieron marchando, al son de tristes tambores, por Puerta Trinidad, camino del confinamiento; aquellos mismos que llegaron siguiendo al heroico Menacho mientras juraban morir bajo los escombros de Badajoz antes de entregarla a los franceses.
Hace un año que vimos pavonearse a los mariscales Soult y Mortier por nuestras calles, seguidos por una marea de gabachos ansiosos por meter sus manos en las sacristías, en las casas nobles y en las humildes, difícilmente contenidos por sus mandos. Entre sus coloridos uniformes no faltaban los de los canallas josefinos, españoles como nosotros, pero traidores como ellos solos, que se ocuparían después de hacer el trabajo sucio a los ocupantes.
Pero más nos dolió pocos días después, cuando llegaron, por la otra orilla del Guadiana, nuestros esperados aliados. ¿No podíamos haber resistido un poco más?
Aunque viendo cómo se estrellaban sus cañonazos y asaltos contra los muros de San Cristóbal mientras los franceses se reían, empezamos a perder la fe. Estos “chaquetas coloradas” parecían no tener tanto oficio como nuestros enemigos, que repelieron sin dificultad una y otra vez los ataques hasta del mismísimo Wellington, que vino en persona tras la matanza en los campos de la Albuera.
La guarnición francesa es eficiente y su gobernador, ese tal Philippon, está dejando las defensas de la ciudad como nunca las vimos. No sólo ha reparado los destrozos que provocaron sus tropas durante el asedio, sino que ha mejorado las que ya existían y construido otras nuevas.
Ahora que está pasando el frío invierno se confirma que Ciudad Rodrigo ha caído en poder de los ingleses y, aunque nadie lo sabe con seguridad, todos los rumores apuntan a que por fin Wellington vendrá de nuevo a dar el golpe definitivo y liberar la ciudad.
Se nota en la urgencia con que los franceses nos hacen trabajar en las defensas y en el continuo goteo de vecinos que se escabullen abandonando sus escasas pertenencias para no tener que soportar, ¡una vez más!, las estrecheces de una ciudad sitiada.»
Los Itinerarios Culturales Europeos son una serie de rutas reconocidas por el Consejo de Europa que unen localidades de varios países de la Unión que comparten unos valores culturales que se desean promocionar, no solo con finalidad turística, sino también para fomentar nuevas formas de encuentro entre los jóvenes europeos, poner en valor patrimonios poco apreciados y desarrollar programas de cooperación.
El más conocido, y el primero en ser designado como tal, fue el Camino de Santiago en 1987. Ahora ya son 38 y su número sigue creciendo; muchos de ellos recorren localidades de nuestro país. En 2015 se estableció la ruta «Destino Napoleón», con el objetivo de fomentar el patrimonio histórico cultural de la época napoleónica, esencial para entender el proceso integración europea, a través de exposiciones, eventos artísticos y circuitos orientados al turismo de calidad.
Esta ruta integra localidades de Alemania, Bielorrusia, Bélgica, Croacia, Francia, Grecia, Italia, Polonia, Portugal, República Checa, Reino Unido, Rusia y España. En nuestro país la conforman Aranjuez, Bailén, Ciudad Rodrigo, Fuentes de Oñoro, Granada, Lerma, Zaragoza, Uclés y Vitoria.
La Asociación Histórico-Militar Alfonso IX entiende que Extremadura fue un teatro de operaciones muy importante en la Guerra de la Independencia. El nombre de muchas de sus localidades está indisolublemente unido a la historia de este conflicto, algunas de ellas incluso grabadas en el mármol del Arco del Triunfo parisino.
«En Extremadura, sin embargo, el patrimonio inmaterial que representa la época napoleónica está desaprovechado. El potencial de la región en este campo resulta inmenso, puesto que aquí se libraron varios de los combates más importantes de la Guerra de la Independencia, y por aquí discurrieron tropas de todos los países europeos que en la actualidad demandan este tipo de turismo»…
Si bien alguna de estas localidades ya iniciaron hace algunos años actividades culturales basadas en su pasado napoleónico que han servido para promocionarlas y atraer al turismo (La Albuera es la más conocida, pero también hay conmemoraciones en Arroyomolinos, Miajadas o Romangordo), muchas otras comienzan ahora a interesarse por esta faceta. Badajoz, Salvaleón, Medellín, Almaraz o Mesas de Ibor podrían formar, junto con las anteriores, parte de esa ruta Destino Napoleón.
De este modo, localidades extremeñas que sufrieron los estragos de la Guerra de la Independencia, tendrían ahora la oportunidad histórica de verse económicamente resarcidas mediante este excelente incentivo para el desarrollo rural, que también generaría riqueza y empleo en comarcas y localidades cercanas a las directamente beneficiadas.
Por este motivo, la AIX ha confeccionado un dossier con un proyecto de integración, que pone a disposición de las Administraciones territoriales, para servir de punto de partida a una eventual candidatura al Itinerario Cultural «Ruta Destino Napoleón», en tanto atractivo turístico internacional de primer orden al que pudieran sumarse distintas localidades de nuestra Comunidad Autónoma.
Para más información, contacte con nuestra Asociación en:
En este día la Asociación Histórico Militar Alfonso IX conmemoró el primer aniversario del fallecimiento de nuestro amigo y socio fundador, D. Vicente García Estop. Nos reunimos para recordarlo en un acto sencillo al que acudieron familiares y amigos, no solo de la asociación sino de todos aquellos con los que compartió su intensa vida cultural y de investigación: de la Real Sociedad Económica Extremeña de Amigos del País, de la Hermandad de Legionarios, de la Universidad de Mayores, del grupo la Miercolina, amigos del mundo del toro…
Todo un mosaico de amigos que, coordinados por D. Álvaro Meléndez, iban interviniendo contándo anécdotas y divertidas historias, mientras en la pantalla se iban proyectando imágenes aportadas por todos.
Allí se distribuyó para los que quisieron conservarlo como recuerdo una pequeña publicación con los artículos que algunos de sus amigos y antiguos colaboradores habían confeccionado para la ocasión: «Toros en Badajoz: Las postales-cartel», «Recuerdos perdurables», «Con ocasión de un libro de Vicente y Juani» o «Memorias del Tiempo Viejo», del propio Vicente, incluyendo también una recopilación de su bibliografía y artículos publicados.
Particularmente emotivos fueron las palabras de su sobrino, el cantante Gene García y de su hija Mariam, a la que se le hizo entrega de un ramo de flores y el pin de la AIX que su padre no llegó a recoger, pues llegó a la asociación pocos días después de su marcha.
No hubo formalidades ni tristezas, ni siquiera despedidas; sus amigos siempre lo tendremos presente y, siempre, estará con nosotros.